Safari de Escritura Urbana 2018

Este taller propone convertir la ciudad en un territorio para salir a cazar historias y narrarlas. En cada clase vamos a ver géneros y recursos de escritura que nos permitan despertar la mirada para observar nuestra ciudad con otros ojos. Cada encuentro va a proponer diversas consignas relacionadas con el contenido abordado: todas implican diferentes estrategias para salir a la calle a capturar historias, anécdotas, lugares, personajes y traerlos al encuentro siguiente convertidos en textos. Un taller para aventurarse, explorar, despertar los sentidos y vivir nuevas experiencias incluso a la vuelta de la esquina. ¿Conocés de verdad la ciudad en la que vivís? Sumate al safari
de escritura urbana y comprobalo.

Taller de Escritura de Ficción 2018

Este taller se propone como una puerta de entrada a la escritura de ficción para personas con y sin experiencia en la producción de textos narrativos que quieran aprender o perfeccionar su técnica. El propósito principal del taller consiste en que los alumnos adquieran los recursos y herramientas suficientes como para producir un texto ficcional y, de ser posible, se aproximen a la identificación y/o consolidación de una voz propia. El sistema de trabajo consiste en abordar paulatinamente y de forma independiente los diversos aspectos técnicos y dificultades que se presentan ante el desafío de escribir un texto literario.

21 libros para fomentar la lectura y federalizar la palabra │ Aptus

Aptus │ Propuestas educativas │

El Ministerio de Cultura de la Nación lanza “Leer es Futuro”, la colección de narrativa integrada por 21 libros con cuentos de 18 escritores noveles, ilustrados por jóvenes dibujantes, con el objetivo de difundir sus obras, fomentar la lectura y federalizar la palabra.

Los libros se distribuyen de forma gratuita en las diferentes actividades culturales que realiza el Ministerio en todo el país y también pueden leerse en línea.

  • “Un sentimiento suspendido en el tiempo”, de Alejandra Zina. Ilustrado por Lula Urondo (Leer en línea)
  • “Melancolía”, de Juan Diego Incardona. Ilustrado por Ariel López V (Leer en línea)
  • “Zonas oscuras”, de David Voloj. Ilustrado por Noelía Farias (Leer en línea)
  • “Los curanderos”, de Fabio Martínez. Ilustrado por Andrés Müller (Leer en línea)
  • “Relativo a la eternidad de los instantes”, de Martín Cantalupi. Ilustrado por Ernan Cirianni (Leer en línea)
  • “Los colores que no vemos”, de Cezary Novek. Ilustrado por Lucía Bouzada (Leer en línea)
  • “Cuatro”, de Martín Zariello. Ilustrado por Daniela Ruggeri (Leer en línea)
  • “Cómo meter un perro en una valija”, de Laura Cedeira. Ilustrado por Juana Neumann (Leer en línea)
  • “Rosas Gamarra”, de Nicolás Correa. Ilustrado por Jorge Quien (Leer en línea)
  • “Música country”, de Leonardo Oyola. Ilustrado por Otto Zaiser (Leer en línea)
  • “Familia”, de Mariana Kozodij. Ilustrado por Nicolás Moguilevsky (Leer en línea)
  • “El piquete”, de Hernán Vanoli. Ilustrado por Ezequiel García. (Leer en línea)
  • “Subsuelo 5”, de Esteban Castromán. Ilustrado por Lautaro Fiszman (Leer en línea)
  • “Todos los veranos”, de Haroldo Conti. Ilustrado por Oldemar Cimadoro (Leer en línea)
  • “Indómitas”, de Macarena Moraña. Ilustrado por Daniela Kantor (Leer en línea)
  • “Luz y fuerza”, de Ariel Idez. Ilustrado por Paula Peltrin (Leer en línea)
  • “Inquilinos”, de Santiago Suñer. Ilustrado por Nicolás Zukerfeld (Leer en línea)
  • “Dos al vuelo”, de Juan Guinot. Ilustrado por Mariano Grassi (Leer en línea)
  • “Una tarde de domingo”, de Roberto Arlt. Ilustrado por Muriel Bellini (Leer en línea)

Además, se distribuyen en forma gratuita “Cuentos”, de Miguel Briante (ilustrado por Pedro Mancini) y “Las acrobacias del pez”, de Pía Bouzas (ilustrado por Pol Corona).

Juan Diego Incardona, Leonardo Oyola, Hernán Vanoli, Pía Bouzas, Alejandra Zina, Esteban Castromán, Martían Zariello, Cezary Novek y Fabio Martínez son algunos de los autores de Córdoba, Salta, Entre Ríos, Santa Fe, Mar del Plata y Ciudad de Buenos Aires, entre otros puntos del país, que fueron convocados tomando en cuenta el contexto federal.

Los escritores elegidos -algunos publicados, otros no- trabajan para difundir y federalizar la literatura desde ciclos literarios, sellos editoriales, programas de radio, revistas, reseñas de prensa y redes sociales.

Los ilustradores participantes son jóvenes y talentosos dibujantes interesados en mostrar su trabajo. Nicolás Moguilevsky, Ezequiel García, Otto Zaizer, Ariel López V. y Daniela Kantor son algunos de los artistas que interpretaron las diversas miradas y los universos de los narradores para realizar el arte de tapa de cada libro.

La serie también incluye trabajos de Haroldo Conti, Miguel Briante y Roberto Arlt, padrinos de la colección por su compromiso social y su calidad literaria; y tres volúmenes de literatura infantil.

De este modo, el Ministerio de Cultura de la Nación continúa la tarea de promover las voces actuales de la narrativa nacional entre los argentinos ávidos de nuevas lecturas. Además, busca jerarquizar el trabajo del escritor acercando sus creaciones a un público más amplio.

Nota original: http://www.aptus.com.ar/21-libros-para-fomentar-la-lectura-y-federalizar-la-palabra/

 

“Leer es Futuro”: 21 libros de nueva narrativa, ilustrados por jóvenes dibujantes │ Cultura Barilochense

Cultura Barilochense│20 de abril de 2015

El Ministerio de Cultura de la Nación lanza “Leer es Futuro”, la colección de narrativa integrada por 21 libros con cuentos de 18 escritores noveles, ilustrados por jóvenes dibujantes, con el objetivo de difundir sus obras, fomentar la lectura y federalizar la palabra.

Los libros se distribuyen en las diferentes actividades culturales que realiza el Ministerio en todo el país y también pueden descargarse aquí:

“Un sentimiento suspendido en el tiempo”, de Alejandra Zina. Ilustrado por Lula Urondo (Leer en línea | Descargar)
“Melancolía I”, de Juan Diego Incardona. Ilustrado por Ariel López V (Leer en línea | Descargar)
“Zonas oscuras”, de David Voloj. Ilustrado por Noelía Farias (Leer en línea | Descargar)
“Los curanderos”, de Fabio Martínez. Ilustrado por Andrés Müller (Leer en línea | Descargar)
“Relativo a la eternidad de los instantes”, de Martín Cantalupi. Ilustrado por Ernan Cirianni (Leer en línea | Descargar)
“Los colores que no vemos”, de Cezary Novek. Ilustrado por Lucía Bouzada (Leer en línea | Descargar)
“Cuatro”, de Martín Zariello. Ilustrado por Daniela Ruggeri (Leer en línea | Descargar)
“Cómo meter un perro en una valija”, de Laura Cedeira. Ilustrado por Juana Neumann (Leer en línea | Descargar)
“Rosas Gamarra”, de Nicolás Correa. Ilustrado por Jorge Quien (Leer en línea | Descargar)
“Música country”, de Leonardo Oyola. Ilustrado por Otto Zaiser (Leer en línea | Descargar)
“Familia”, de Mariana Kozodij. Ilustrado por Nicolás Moguilevsky (Leer en línea | Descargar)
“El piquete”, de Hernán Vanoli. Ilustrado por Ezequiel García. (Leer en línea | Descargar)
“Subsuelo 5”, de Esteban Castromán. Ilustrado por Lautaro Fiszman (Leer en línea | Descargar)
“Indómitas”, de Macarena Moraña. Ilustrado por Daniela Kantor (Leer en línea | Descargar)
“Luz y fuerza”, de Ariel Idez. Ilustrado por Paula Peltrin (Leer en línea | Descargar)
“Inquilinos”, de Santiago Suñer. Ilustrado por Nicolás Zukerfeld (Leer en línea | Descargar)
“Dos al vuelo”, de Juan Guinot. Ilustrado por Mariano Grassi (Leer en línea | Descargar)
“Una tarde de domingo”, de Roberto Arlt. Ilustrado por Muriel Bellini (Leer en línea | Descargar)
“Las acrobacias del pez”, de Pía Bouzas. Ilustrado por Muriel Bellini (Leer en línea | Descargar)

Además, se distribuyen en forma gratuita “Todos los veranos”, de Haroldo Conti (ilustrado por Oldemar Cimadoro) y “Cuentos”, de Miguel Briante (ilustrado por Pedro Mancini).

Los organismos e instituciones pueden solicitar la colección por correo electrónico a leeresfuturo@cultura.gob.ar.

Juan Diego Incardona, Leonardo Oyola, Hernán Vanoli, Pía Bouzas, Alejandra Zina, Esteban Castromán, Martían Zariello, Cezary Novek y Fabio Martínez son algunos de los autores de Córdoba, Salta, Entre Ríos, Santa Fe, Mar del Plata y Ciudad de Buenos Aires, entre otros puntos del país, que fueron convocados tomando en cuenta el contexto federal.

Los escritores elegidos -algunos publicados, otros no- trabajan para difundir y federalizar la literatura desde ciclos literarios, sellos editoriales, programas de radio, revistas, reseñas de prensa y redes sociales.

Los ilustradores participantes son jóvenes y talentosos dibujantes interesados en mostrar su trabajo. Nicolás Moguilevsky, Ezequiel García, Otto Zaizer, Ariel López V. y Daniela Kantor son algunos de los artistas que interpretaron las diversas miradas y los universos de los narradores para realizar el arte de tapa de cada libro.

La serie también incluye trabajos de Haroldo Conti, Miguel Briante y Roberto Arlt, padrinos de la colección por su compromiso social y su calidad literaria; y tres volúmenes de literatura infantil.

De este modo, el Ministerio de Cultura de la Nación continúa la tarea de promover las voces actuales de la narrativa nacional entre los argentinos ávidos de nuevas lecturas. Además, busca jerarquizar el trabajo del escritor acercando sus creaciones a un público más amplio.

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“Un sentimiento suspendido en el tiempo”, de Alejandra Zina
“Melancolía”, de Juan Diego Incardona
“Zonas oscuras”, de David Voloj
“Los curanderos”, de Fabio Martínez
“Relativo a la eternidad de los instantes”, de Martín Cantalupi
“Los colores que no vemos”, de Cezary Novek
“Cuatro”, de Martín Zariello
“Cómo meter un perro en una valija”, de Laura Cedeira
“Rosas Gamarra”, de Nicolás Correa
“Música country”, de Leonardo Oyola
“Familia”, de Mariana Kozodij
“El piquete”, de Hernán Vanoli
“Subsuelo 5”, de Esteban Castromán
“Todos los veranos”, de Haroldo Conti
“Indómitas”, de Macarena Moraña
“Luz y fuerza”, de Ariel Idez
“Inquilinos”, de Santiago Suñer
“Dos al vuelo”, de Juan Guinot
“Una tarde de domingo”, de Roberto Arlt
“Las acrobacias del pez”, de Pía Bouzas

Cultura Barilochense

Fuente: www.cultura.gob.ar
http://www.cultura.gob.ar/noticias/leer-es-futuro-21-libros-de-nueva-narrativa-ilustrados-por-jovenes-dibujantes/

Nota original: https://www.barilochense.com/cultura/cultura/leer-es-futuro-21-libros-de-nueva-narrativa-ilustrados-por-jovenes-dibujantes-2015-04-20-40-38?page&batch_start=575

El arte de la presentación │ La Primera Piedra

“Elogio de la pérdida” (Interzona, 2016) de Ariel Idez muestra como muy pocos libros la amplitud que puede tomar la literatura en la creación de metatextos. Haciendo foco en un género tan particular como los textos que se preparan para las presentaciones de las obras, el autor muestra su versatilidad, humor e ingenio como una puerta a la lectura tanto de su obra como la de otros escritores.

por Gustavo Yuste en La primera piedra │ Septiembre de 2017

La literatura, como cierta clase de hongos, tiene la capacidad de crecer y reproducir a su alrededor pequeños formatos que van rodeando al original. En ese sentido, las presentaciones de los libros son el hábitat natural para que crezcan metatextos que van formando un anillo alrededor de la obra principal, y Elogio de la pérdida (Interzona, 2017) de Ariel Idez da cuenta de la riqueza que un género tan particular puede tener, al agrupar 11 textos ideados para dichos eventos.

Haciendo honor a la temática del libro, Elogio de la pérdida cuenta con una presentación escrita por el propio Idez, donde ya se puede adivinar la flexibilidad y la riqueza de recursos de la que se sirve el autor a la hora de encarar lo que para muchos puede ser algo ligero o pasajero como un texto realizado para introducir un nuevo libro. Cabe destacar, a esta altura, que hay una serie de reglas dentro de este metagénero como, la más obvio, no spoilerar nada.

Idez se anima a dar su propia definición de las presentaciones de libros: “Textos breves y potentes, escritos al calor de la urgencia que nacían, como un coleóptero, para vivir un día de esplendor y después desaparecer consumidos en las llamas de la utilidad”. Sin embargo, al igual que un coleóptero o una mariposa, la corta vida útil de estos escritos no los exime de estar llenos de extravagancias y particularidades que los hacen únicos, algo que se puede ver a lo largo de todo el libro.

Por último, cabe destacar que no solo la propuesta de editar un libro sobre presentaciones de otros libros es novedosa, sino que cada uno de los once títulos que aparecen presentados en Elogio de la pérdida, entre los que se incluye uno del propio Idez, son también una apuesta que va más allá del típico lomo que cubre una cierta cantidad de hojas. Lo que es difícil de determinar es si esa riqueza aparente que tienen los libros presentados son por fuerza propia o por el talento de Idez para este metagénero. En definitiva, habrá que hacer la prueba y ese, tal vez, es el mayor aporte de este libro: una lectura que abre la puerta decenas de lecturas más.

Nota original: https://www.laprimerapiedra.com.ar/2017/09/resenas-caprichosas-elogio-la-perdida-ariel-idez-arte-la-presentacion/

Un aplauso para el presentador │ Tiempo Argentino

“Elogio de la pérdida” es el nuevo libro del escritor argentino Ariel Idez. Una obra deliciosa que combina presentaciones imposibles de 11 obras improbables.

Por Nicolás G. Recoaro │ Tiempo Argentino │ 30 de Septiembre de 2016

Ya lo dijo Borges en un célebre epílogo, la presentación de un libro es siempre una ficción o un imposible. Requiere dosis parejas de maestría, destreza y una pizca de pericia para analizar una obra y a la vez darle la bienvenida, pero siempre cuidando no anticipar la trama a quienes todavía no la han leído.
En la presentación de su nuevo libro Elogio de la pérdida y otras presentaciones, publicado por interZona editora, el escritor y periodista argentino Ariel Idez plantea una de las reglas básicas de este género literario menor, muchas veces ninguneado: “¡Muchachos, hay que hablar del libro! Sin espoilear, por supuesto, hay que contar de qué se trata, cómo surgió, de qué materiales está hecho”.
En lo que respecta a presentaciones de libros, Idez conoce el paño como pocos. Las fronteras del género, desde el under hasta el mainstream. En sus mejores épocas, llegó a presentar un libro por semana. Se sabe, en Buenos Aires florecen las editoriales independientes. Un día, algo cansado, decidió dejar de presentar libros de otros, con el propósito de escribir el suyo. Así nace esta obra.
El nuevo libro del autor de la novela La última de César Aira (2012) y de los cuentos de “No vas a ser astronauta” (2010) y “Luz y fuerza” (2014) es una suerte de antología engordada por presentaciones imposibles de 11 libros improbables. Desde los poemas argentinos de un poeta chino que se gana el pan atendiendo una fiambrería al fondo del supermercado “Felicidad” en el barrio de San Telmo, pasando por el manifiesto del Movimiento Internacional de Acción Inutilista, los covers del sagaz plagiador serial Aaron Medina y el vanguardista ebook cuyos párrafos van desapareciendo a medida que se avanza en la lectura. Sin olvidar Caída libre, el poemario del mayor Velazco, un paracaidista que eterniza en verso cada uno de sus saltos, y las andanzas y desandanzas de un presentador conchabado para satisfacer las demandas de un millonario autor de la obra El dinero para mí no es un problema.
Elogio de la pérdida es un libro delicioso, por momentos mordaz y sobre todo muy divertido. Una antología ficticia que puede dialogar sin preámbulos con el primer Bolaño de Literatura nazi en América y también con el clásico Vidas imaginarias de Marcel Schwob. El libro de Idez es un artefacto literario raro que, como afirma Osvaldo Baigorria en la contratapa del volumen, “reivindica el goce de escribir contra la demanda y la obligación del éxito”. Y por eso es bueno darle la bienvenida.

Nota original: https://www.tiempoar.com.ar/nota/un-aplauso-para-el-presentador

No perdemos nada │ La Diaria (Uruguay)

Por Ramiro Sanchiz │ La Diaria │ Enero de 2017

En el principio estuvo Jorge Luis Borges, que compiló un libro de Prólogos con un prólogo de prólogos (1975) y escribió algunas reseñas de libros imaginarios, entre ellas “El acercamiento a Almotásim” (publicada originalmente en 1935, después recogida en Historia de la eternidad, de 1936, en El jardín de los senderos que se bifurcan, de 1941, y también en Ficciones, de 1944) y “Examen de la obra de Herbert Quain (que apareció en 1941 en El jardín... y en 1944 en Ficciones). El gesto fue después reiterado por el escritor polaco Stanislaw Lem, primero en una colección titulada Vacío perfecto (1971) y después en Magnitud imaginaria (1973), un compilado de prólogos a libros imaginarios. No fueron los únicos escritores en incurrir en este artificio, y una lista completa debería tener en cuenta todo lo que se ha escrito sobre libros inexistentes como el Necronomicon, aludido por HP Lovecraft, El rey de amarillo, por Robert W Chalmers, La langosta se ha posado, por Philip K Dick, The Navidson Record, citado y comentado por Mark Z Danielewski en la monumental La casa de hojas, y los múltiples libros del escritor ficticio Benno von Archimboldi aludidos en 2666, de Roberto Bolaño.

El escritor argentino Ariel Idez (1977), finalmente, le ha dado otra vuelta de tuerca al procedimiento. Su libro Elogio de la pérdida, publicado el año pasado por la editorial porteña Interzona y disponible en algunas librerías de Montevideo, propone una colección no de reseñas ni de prólogos sino de presentaciones de libros imaginarios. Es decir: los textos que un autor ficticio (de quien no se nos da el nombre) ha leído o improvisado en distintos eventos de presentación.

Idez publicó hasta la fecha un ensayo (Literal. La vanguardia intrigante, de 2010), dos libros de cuentos (No vas a ser astronauta, de 2010, y Luz y fuerza, de 2014) y una novela, La última de César Aira (2013), sin duda entre las más interesantes de la literatura argentina reciente.

Elogio de la pérdida comienza, entonces, con la presentación de un libro que recopila presentaciones. Además de que se trata de un recurso más o menos obligatorio para cumplir con las pautas del artificio elegido (es evidente el guiño a Prólogos con un prólogo de prólogos, referencia hecha explícita al aludir en dos ocasiones a Borges), el texto resulta ser además una lectura lúcida e hilarante del careteo generalizado en la escena literaria (Idez se refiere a la argentina, pero, salvo por su alusión a la proliferación de editoriales independientes y alternativas, lo mismo podría decirse del medio uruguayo), con su lógica de elogios, hipérboles, lobby y la recurrente voluntad de figurar donde sea. Pero -y esto vale para todos los textos que siguen a este prólogo o “presentación”- Idez también se las arregla para que su discurso de presentación funcione como un relato: se nos cuenta de un escritor que se especializó en presentaciones y logró alcanzar una fama importante como presentador, a costa de sacrificar su propia obra; tras fracasar en la escritura de poemas, cuentos y novelas, el presentador, entonces, encuentra que lo único que tiene para ofrecer es una selección de sus presentaciones, y señala que “hemos intentado con el editor reunir diversos tipos o modelos de presentaciones de los que hemos extraído sus mejores exponentes: presentaciones cortas y potentes, presentaciones largas y digresivas, presentaciones chistosas, presentaciones benévolas y presentaciones agresivas” (página 15). Ese cometido -ofrecer algo así como “El arte de la presentación”-, de hecho, queda logrado a la perfección

Presente imaginario

Sin duda que el lector cierra Elogio de la pérdida convencido de la inteligencia y el ingenio de Idez, pero hay más en este libro. Y eso, quizá, porque aparece también un fondo narrativo en cada una de las presentaciones, además del despliegue y desarrollo de esas observaciones sobre la escena literaria ya esbozadas en el texto introductorio. Vale la pena destacar, entonces, “Taller literario volumen 22”, una de las presentaciones “agresivas”, digamos, en la que el presentador termina por exponer un complot o escrache en plan situacionista, a cargo de un grupo de escritores que denuncia a una editorial ficticia (pero quien conozca la escena bonaerense sabrá cuál es el correlato real) especializada en publicar lujosamente los libros de cualquiera que pueda pagarlos. Idez logra que la revelación del propósito verdadero del presentador y el libro presentado se incorpore a una lógica narrativa: el lector accede al relato subyacente al discurso que ha leído y termina de leer la presentación como si leyera un cuento. Es, por supuesto, la lección a aprender de los textos de Borges ya mencionados, que funcionan a la vez como reseñas y cuentos (“Pierre Menard, autor del Quijote”, también de Ficciones, podría ser el mejor ejemplo de ese funcionamiento doble), pero el aporte de Idez (además de la atenta modulación implícita en pasar de reseñas a presentaciones) es que todos los textos del libro se ensamblan en un relato más abarcativo.

Otro recurso para lograr esto es acaso más predecible: algunas de las presentaciones mencionan otros de los libros cuyas presentaciones son compiladas en Elogio de la pérdida. Así, el recién aludido “Taller literario volumen 22” incorpora a Matías Fernando, autor ficticio cuyo libro Cómo me llamo es presentado más atrás. Elogio de la pérdida, por cierto, es además del título del libro “real” de Idez el de otro de los libros presentados, un manual de autoayuda de pacotilla cuya presentación hiperbólica ofrece quizá el texto más redondo del libro (aunque no necesariamente el más interesante).

Puestos a buscar qué presentaciones funcionan mejor como relatos, sin duda la más lograda en ese sentido es “El dinero para mí no es un problema”, que incorpora el relato de cómo fue contratado el presentador para hablar del libro a presentar, escrito por un multimillonario.

Por la izquierda, el atribuido a Idez, por otra parte, es llamativo en tanto ofrece una suerte de versión o cover (en el sentido musical del término, que aparece además en otra de las presentaciones, la del libro Covers, justamente, del autor ficticio Ariel Medina) de El discurso vacío, de Mario Levrero, escritor aludido también en otro de los textos (la presentación de Propiedad horizontal/acecho, de Mariano Luro) con una cita jugosa que valdría la pena verificar (algo así como que la mejor forma de armar una carrera literaria sólida es “si tenés suerte, que te vaya mal hasta los 30”). El libro de Idez -el ficticio, no el que está siendo reseñado acá- es apenas un experimento de escritura con la mano izquierda (no lo sé, pero sería muy gracioso que Ariel Idez, en la vida real, fuera zurdo) como manera de aprender a escribir (quizá para potenciar el hemisferio derecho del cerebro o lo que fuese) con la mano izquierda; se trata, entonces, de un libro “sin conflictos ni personajes, ni trama ni más peripecia que la letra con la que está escrito” (página 91), del mismo modo en que Levrero se había propuesto escribir El discurso vacío apenas como terapia grafológica, tratando de no pensar en trama ni asunto ni tema sino, básicamente, pensando en nada. El libro ficticio de Idez, entonces, parece un cover o versión del “real” de Levrero; la presentación que alude al libro de covers de Ariel Medina, para más notoria perfección del mecanismo, oportunamente termina con una referencia (doble) a Borges: “el cover de ‘Pierre Menard, autor del Quijote’, reproducido sin cambiar ni un punto ni una coma, leído en el contexto de este libro es otro ejemplo de la felicidad que la literatura conceptual de este hipotético mundo posible puede depararnos”.

Es interesante lo de “literatura conceptual”, por cierto, no sólo en tanto ofrece una notoria lectura de Elogio de la pérdida (ahora me refiero al libro “real” del Ariel Idez igualmente “real”), sino que, además, resignifica la obra previa de Idez (y en la ya mencionada presentación de Propiedad horizontal/acecho se habla de las consecuencias que puede tener una novela primeriza muy exitosa y las expectativas que esto genera) y nos lleva a leer todavía más claramente en La última de César Aira un juego que trasciende la trama y los personajes para lograr que el libro sea (siga siendo) efectivamente la última novela de César Aira, lo que es lo mismo que decir que los libros que Aira publicó después del de Idez han visto su sentido atenuado o adelgazado en virtud de la novela del último; o, dicho de otro modo, que la exposición de un mecanismo posible para esa serie novelística, desde la ficción de otro escritor, termina por socavarla. Quizá, en última instancia, el cometido de la “literatura conceptual” en el sentido en que la maneja Idez sea, precisamente, intervenir sobre el medio literario de un modo más sutil, más directo y más efectivo que el implícito en una reseña (o una presentación); después de Elogio de la pérdida, en cualquier caso, ya pierden buena parte de su sentido las presentaciones de libros.

Cuenta Richard Ellman que James Joyce sentía que el tema central de cada capítulo de Ulises (aludido, por cierto, en la página 29 del libro de Idez) perdía -por mucho tiempo- todo interés para él, ya fuese la música (el capítulo de las sirenas), la política (el del cíclope) o la literatura (el de la biblioteca). Era como si esa escritura finalizada dejara tras de sí un campo devastado, cubierto por las cenizas. Eso, más o menos, es lo mismo que hace el libro de Ariel Idez con las presentaciones de libros.