En noviembre de 1973 salía a la calle el número uno de una revista que marcaría una buena parte del camino que recorrería luego la literatura nacional. Literal era el nombre de esta publicación, que contaba en sus filas con Germán García, Osvaldo Lamborghini, Luis Gusmán, Josefina Ludmer, Ricardo Ortolás y Lorenzo Quinteros, entre otros.
en El Sol │ Abril de 2011
En noviembre de 1973 salía a la calle el número uno de una revista que marcaría una buena parte del camino que recorrería luego la literatura nacional. Literal era el nombre de esta publicación, que contaba en sus filas con Germán García, Osvaldo Lamborghini, Luis Gusmán, Josefina Ludmer, Ricardo Ortolás y Lorenzo Quinteros, entre otros. Casi cuatro décadas después, editorial Prometeo lanza Literal, la vanguardia intrigante, del investigador especialista en periodismo Ariel Darío Idez, un libro que repasa la historia de esta revista, que apenas llegó a publicar tres números: además del inaugural ya mencionado anteriormente, las ediciones doble 2/3, en mayo de 1975, y 4/5, en noviembre de 1977.
Pese a su corta vida, sus tres ediciones marcaron un rumbo que varios autores contemporáneos seguirían, convirtiéndose casi en un mito, a pesar de haber tenido que soportar el rechazo de muchos personajes de la cultura de entonces, hecho que los responsables de la publicación no sólo aceptaron, sino que tomaron como un indicador de lo que la revista significaba para la época y de las voces que esta podía levantar. “El rechazo que Literal sufrió muestra que fue entendida y que todo mensaje llega a destino, aunque sea bajo la forma del odio que instaura la negación”, cita Idez de la página 17 del número 4/5 de Literal.
EN CONTEXTO. La contextualización que Ariel Darío Idez realiza de Literal en su tiempo es una de las principales herramientas que provee al lector para comprender cómo, por qué y para quiénes surge esta publicación. El país convulsionado y sangriento de la década del 70 es el espacio y el tiempo en el que nacerá Literal, lo que llevó a sus responsables a enunciar, entre otros argumentos, que la publicación nacía “porque la literatura argentina debe romper con la Literatura para ser argentina” y “porque no hay propiedad privada del lenguaje”. Reseñando el escenario político, económico y social de la época, Idez nos ofrece una investigación exhaustiva sobre un mito.